Desde hace algún tiempo se han puesto de moda las llamadas estrategias “low cost”, en el campo de las aerolíneas, en el sector de la distribución, etc. Especialmente ahora, en tiempos de crisis económica parece que todo el mundo se apunta a esta estrategia con el afán de no perder clientes a manos de la competencia. Las “low costs” son estrategias muy legítimas y han proporcionado grandes éxitos a muchas compañías. Sin embargo, apuntarse sin más a estas estrategias porque está de moda o porque es lo único que se nos ocurre hacer en tiempos de crisis, es muy peligroso y casi una garantía de fracaso.
Muchas compañías que se apuntan a esta moda confunden el “low cost” con el “low price”. Vender a precios bajos lo puede hacer cualquiera. Otra cosa es que se gane dinero así. Para ganar dinero vendiendo a precios bajos la estrategia de la compañía debe centrarse en la eficiencia en las operaciones y en la productividad, y esto no se consigue de la noche a la mañana. Requiere un continuado esfuerzo de aprendizaje. Esfuerzo que puede requerir años. Y si no se presta atención a este pequeño detalle una compañía puede encontrarse que está vendiendo a 100 lo que le cuesta fabricar a 105. Cuanto más venda más pierde.
Tirar los precios no significa ser low cost. Además de la empresa el cliente puede perder en calidad y servicio.
DUCHAMANÍA consigue dar a sus clientes precios ajustados debido a su potencial de compra en las marcas suministradoras. Somos especialistas en reformas de baños y eso nos hace trabajar constantemente con el mismo tipo de proveedores. Compramos grandes cantidades con precios más ajustados que luego repercute en el precio al cliente final. NO REBAJAMOS LA CALIDAD NI AÑADIMOS COSTeS EXTRAS.