No es algo novedoso ya Pilatos se lavó las manos antes de tomar una decisión dificil y conflictiva
Un estudio realizado en 2006 para la revista «Science» descubrió que lavarse las manos puede ayudar a la gente a sentirse mejor por su comportamiento poco ético. “Cuando la gente hace cosas malas, les quedan residuos o rastros de los pecados del pasado”, dijo Lee. “Al lavarse […] las manos, tienen una sensación de estar lavando también los pecados pasados”.
Lavarse las manos después de tomar una decisión difícil puede ayudar a eliminar también el remordimiento porque al parecer, el agua con jabón, sirve para reducir la «disonancia cognitiva», un término que utilizan los psicólogos para definir el malestar que produce actuar en contra de lo que uno piensa.
«¡Sal, maldita mancha!», es la famosa frase de Lady Macbeth cuando intentaba lavar su culpa por haber participado en un asesinato. Sabemos bien cómo terminó eso (ella y su marido mueren en la tragedia de Shakespeare.
Cuando lavarse las manos es una obsesión
Lavarse las manos de forma repetitiva e irrefrenable es uno de los síntomas del trastorno obsesivo compulsivo, conocido como TOC
Las personas que lo padecen experimentan ideas que les obsesionan o conductas repetitivas suficientemente graves como para causarles un intenso malestar. Entre las conductas repetitivas o rituales, uno de los más frecuentes es el de limpieza, o lavado de manos que lleva a recurrir repetidamente al agua y al jabón para eliminar la suciedad física o moral, en algunos casos. Este experimento de Michigan podría también dar pistas sobre el motivo por el que algunas personas afectadas por este trastorno se lavan compulsivamente las manos hasta producirse heridas.