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La cultura de la sidra asturiana, Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad

El 4 de diciembre de 2024, la UNESCO reconoció la cultura de la sidra asturiana como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, subrayando su profunda conexión con las tradiciones, la identidad y la vida social de Asturias. Este logro celebra una práctica ancestral que involucra no solo la producción de sidra, sino también su consumo y el conjunto de rituales que la rodean, como el famoso arte del escanciado.

sidra asturiana

Un legado ancestral

La producción de sidra en Asturias tiene más de dos mil años de historia. Desde el cultivo de manzanos hasta la elaboración artesanal de la bebida, este proceso forma parte del tejido cultural asturiano. Los lagares, los huertos de manzanos y las sidrerías son testigos vivos de este legado. La sidra no es solo una bebida; es un elemento esencial para las celebraciones, reuniones y el día a día de los asturianos, reforzando su identidad cultural y social.

El escanciado, técnica única de servir sidra vertiéndola desde lo alto para oxigenarla, es uno de los aspectos más emblemáticos de esta tradición. Además de ser un espectáculo visual, simboliza la unión y la camaradería, ya que suele compartirse entre amigos y familiares en vasos comunes.

Reconocimiento internacional

La candidatura, impulsada por el Ministerio de Cultura y Deporte en colaboración con instituciones asturianas, destacó no solo el proceso de producción de la sidra, sino también su capacidad para generar cohesión social y cultural. La UNESCO valoró aspectos como el lenguaje asturiano utilizado en canciones y refranes vinculados a la sidra, el cultivo sostenible de los manzanos y la promoción del turismo local asociado a esta bebida.

Este reconocimiento no solo refuerza la importancia cultural de la sidra, sino que también abre nuevas oportunidades económicas y de promoción para la región. Por ejemplo, muchas empresas locales ven en este reconocimiento un estímulo para el crecimiento.

Impacto en el turismo y la economía local

Empresas como Duchamanía Asturias, con sede en Gijón, podrían beneficiarse indirectamente del incremento del turismo que este reconocimiento traerá. Con la cultura sidrera en el foco mundial, Asturias podría experimentar un auge en la afluencia de visitantes interesados en vivir la experiencia completa: disfrutar de la sidra, recorrer sus lagareros y descubrir los encantos de sus ciudades. En este contexto, servicios como los ofrecidos por Duchamanía, que combina tradición y modernidad en sus diseños, también podrían captar la atención de nuevos residentes o visitantes que deseen reformar sus hogares tras enamorarse de la región.

Una tradición viva y en evolución

La designación de la sidra asturiana como Patrimonio de la Humanidad asegura que estas prácticas se preserven y se transmitan a futuras generaciones. Asimismo, impulsa la investigación, el apoyo a productores locales y la promoción de actividades educativas para que la tradición siga evolucionando sin perder su esencia.

El reconocimiento de la UNESCO no solo es un triunfo para Asturias, sino también para España, que suma un nuevo elemento a su lista de patrimonios inmateriales, consolidando su posición como un país rico en diversidad cultural.

En definitiva, la cultura de la sidra asturiana representa mucho más que una bebida: es un símbolo de tradición, identidad y comunidad. Empresas como Duchamanía, al igual que otros actores locales, tendrán la oportunidad de formar parte de esta narrativa, reforzando su compromiso con una Asturias que celebra su historia mientras mira hacia el futuro.

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