Uno de los elementos básicos en la decoración del baño es la mampara, especialmente desde que los platos de ducha se han impuesto como solución más habitual en detrimento de las bañeras.
En muchas ocasiones el único criterio que se sigue a la hora de seleccionar la mampara es la estética o el precio. Sin embargo, una mampara va a estar continuamente en contacto con el agua y los jabones, y va a tener un uso habitual, lo que supone que los componentes deben tener una elevada resistencia, especialmente los que permiten el movimiento de las puertas (bisagras o rodamientos). Por ello, deberíamos tener en cuenta las características de estos elementos a la hora de tomar una decisión sobre cuál es la mampara más adecuada para nuestro cuarto de baño, si queremos que se mantenga en las mejores condiciones durante el mayor tiempo posible.
Una mampara está formada por cristal y perfilería, más las fijaciones y sellado correspondientes, y debe responder a varias exigencias:
– Estanqueidad.
– Durabilidad frente a oxidación, corrosión y cal.
– Resistencia al uso.
– Decoración.
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